Magnum en la calle

La belleza de la fotografía de calle se fundamenta en lo incongruente, lo implausible, lo inconsistente y lo inefable.

Celebra la ambigüedad, insinuando realidades paralelas que solo podemos sintonizar ocasionalmente y solo durante una fracción de segundo.

Es más una tradición que un género, un conjunto de herramientas improvisadas para utilizarse cuando el momento lo exige, como un músico de jazz en busca de un riff. En la mejor fotografía de calle experimentamos una variedad de emociones, a veces de un ingenio extravagante como Elliot Erwitt, pero también compasión, intriga y en ocasiones asombro.

Se incluyen imágenes que en algunos casos se publicaron en periódicos y revistas, que trascendieron la inmediatez del reportaje.

Instrucciones especiales